Doce semanas después, MasterChef Celebrity 10 ya tiene ganadora. Mariló Montero se llevó el trofeo tras un intenso duelo con Miguel Torres en el que ambos optaron por menús de gran complejidad con diferentes historias familiares de fondo. Antes, Juanjo y Torito sellaron su tercera y cuarta posición en la última prueba de exteriores, donde MasterChef brindó un merecido homenaje a Martín Berasategui por sus 50 años de dedicación a la gastronomía. La edición terminó con una final llena de emociones y muchas, muchas lágrimas.
La noche arrancó con Juanjo, Miguel, Torito y Mariló siguiendo a uno de los mejores chefs a nivel mundial: Virgilio Martínez. Su restaurante Central, en Perú, ha sido reconocido como el mejor del mundo según la lista de The World’s 50 Best Restaurants. Con Tamara Falcó como invitada de lujo, los finalistas siguieron el ritmo, o lo intentaron en alguno de los casos, del chef peruano con el único objetivo de conseguir la primera chaquetilla de duelista. Ese privilegio quedó reservado para Mariló que, emocionada, se enfundó la ansiada prenda con su nombre bordado. Miguel y Torito se quedaron cerca y junto a Juanjo viajaron a Donosti para luchar por acompañar a Mariló en el duelo final.
Pero la última prueba de exteriores no fue nada sencilla y desde el palacio Miramar, MasterChef Celebrity 10 rindió homenaje a Martín Berasategui, el maestro culinario que cumple 50 años de impecable trayectoria, convertido en el cocinero español que atesora más estrellas Michelin, 12 en 7 restaurantes. Allí, Miguel, Torito y Juanjo trabajaron de manera individual para preparar diferentes creaciones de Berasategui, que probarían familiares y amigos más íntimos del gran referente de la cocina vasca. Si bien Torito tuvo alguna complicación con sus platos, Juanjo solventó sus problemas con el crujiente a base de actitud positiva y trabajo y Miguel Torres siguió detenidamente cada elaboración. Por ello, entre ellos dos estuvo la segunda chaquetilla, que finalmente se llevó el exfutbolista.
El homenaje terminó con Martín llorando con su nieta en brazos y saludando uno a uno a todos los comensales de su homenaje: «Es el mejor día de mi vida». Ha merecido la pena haber trabajado tanto. Aunque viva 3000 años más me tendré que pellizcar todos los días de la suerte que he tenido de tener una familia así y unos amigazos que están a mi lado para que yo disfrute tanto de la vida y de la gastronomía».